Dorian Raven

Nombre completo: Dorian Raven

Raza: Humano/Brujo

Familia:
Carla Duvall (abuela, fallecida recientemente)
Elisa Deveraux (madre, en Haití)
Oliver Raven (padre, se fue a por tabaco...)

Edad: 27 años

Descripción psicológica: de carácter cínico y agresivo es sobre todo, un hombre egoísta al que no le importa herir o manipular a los demás para conseguir sus objetivos; de hecho la intimidación, el miedo, el engaño y la provocación son sus tretas favoritas.
Posee una mente analítica que combina con sus saberes místicos y una determinación envidiable.

Descripción física:

Spoiler:

Historia:
Sus antepasados se remontan a la época esclavista y las migraciones que el comercio de personas produjo desde Haití, de forma que en su herencia directa se encuentra la mixtura entre las tradiciones ancestrales de su gente y la religión cristiana.
Fue su abuela y su madre las que empezaron a instruirlo en la brujería y el espiritualismo ya que eran conocidas curanderas en un empobrecido barrio del Bronx, en el cual todavía reside. A falta de recursos económicos para sacar adelante a la familia en más de una ocasión tanto él como sus hermanos se vieron forzados a delinquir para llevarse algo a la boca; quizás fue en esos duros años de infancia, cuando conociendo la dureza de la vida, lo real de la muerte y lo injusto de la sociedad que se formó su carácter individualista y manipulador.

En las prácticas de hechicería encontró su mejor baza para subsistir y siguiendo los pasos de las mujeres de su familia, se convirtió en una suerte de curandero y gurú de su barrio, que con el paso de los años no dejo de ser un gueto para las familias más desesperadas y desfavorecidas. De hecho, en el bloque de apartamentos a medio derruir en que vive es conocido, temido y respetado por la comunidad, que cariñosamente lo conoce como “Tío Bokor”.

Por esta gente (SU gente), tiene algo de consideración dado que forman parte de la identidad compartida y ancestral aunque igualmente los manipula y se aprovecha de su superstería. Del mismo modo, en ocasiones ha realizado trabajos sucios tanto para el bando de los ángeles como para los demonios ya que, al ser humano, se encuentra en ese punto medio de “libre albedrio” y resulta útil cuando estos seres necesitan ir más allá de sus propias reglas.
En tales ocasiones, ha exigido un precio por sus servicios, que siempre se encuentran disponibles para el mejor postor.